jueves, 6 de noviembre de 2008

Una Hermana: Milagro Sala, te la Presentamos

UN MILAGRO, UNA MUJER. El cineasta jujeño Miguel Pereira habla sobre su último documental, retrato de una militante social.

Milagro Sala es otro exponente de la historia de bravura de esta provincia. Esta mujer de 45 años, tez morena y rasgos collas, desborda energía desde su cuerpo menudo. Convertida en referente de la política local, despierta tanto adhesiones entre los sectores más humildes, como rechazo en las clases medias y altas.

Desde fines de los 90,desarrolla un fuerte trabajo social y comunitario a través de la agrupación barrial Tupac Amaru, que creó en plena crisis de 2001, cuando un cuarto de la población jujeña había sido sentenciada a la pobreza absoluta."Me fui enterando de la existencia de Milagro por la descomunal obra que llevaba adelante con la Tupac, y me sorprendió la demonización de su figura que hacían los sectores acomodados. Supe, desde el principio, que esa mujer que les dio un lugar a los más marginales y les construyó un destino, iba a ser la protagonista de esta película ".

A través del relato de la propia Milagro, entre mates y lágrimas contenidas frente a cámara, el cineasta va desgranando su historia. Abandonada al nacer en una caja de zapatos frente a la puerta de un hospital de Jujuy, fue criada por una familia de clase media. Pero a los 16 años, al descubrir que le habían ocultado que era adoptada, dejó la casa y decidió volver a la calle.

En medio de necesidades y humillaciones, sobrevivió como vendedora ambulante hasta caer presa a los 20 años. Al salir de la cárcel, tras ocho meses de encierro, decidió darle un vuelco a su vida y se sumó al trabajo social de un ex compañero de la JP y ahora dirigente de la CTA. Como delegada de ATE, organizó una red para atender las necesidades básicas en los barrios más carenciados de la capital jujeña, que luego canalizó en la organización autogestiva Tupac Amaru.

Hoy reúne a 60.000 afiliados que reparte la copa de leche a 45.000 chicos en toda la provincia, participa en 150 cooperativas de construcción de viviendas –ya se levantaron 2.200 –, y cuenta con un centro educativo propio, un taller textil, una fábrica de ladrillos y un centro médico que brinda atención y medicamentos gratuitos."Pudimos demostrar que cuando nos dan trabajo, trabajamos. Y si nos dan plata, con mucho sacrificio, la administramos bien. Y nuestros compañeros no sólo pueden decir que construyeron su propia casa, sino también la del vecino que antes vivía en un asentamiento".

Su tarea es mostrada en plena acción por la cámara de Pereira, acompañada por el relato de sus protagonistas: jóvenes de la calle a los que Sala reinsertó a través de la militancia social, ex desocupados y dirigentes barriales."Contrariamente a lo que siempre he hecho –darle prevalencia a la imagen por sobre las palabras – ésta es una película casi antropológica. Quise que la historia la narraran ellos mismos", reflexiona Pereira.

La película se estrenó en mayo en Jujuy, y será proyectada a lo largo del año en distintas provincias. En la Ciudad de Buenos Aires se podrá ver en el circuito no comercial. Además –en su afán por sortear lo difícil que implica hacer cine desde el interior – Pereira a realiza gestiones para pasarla por el Canal 7, como una forma de democratizar su exhibición:"El único hecho capaz de integrarnos a todos es la cultura, que atraviesa transversalmente a la sociedad y nos permite acercarnos. Ahí es donde adquirimos identidad".

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